En una fría mañana de domingo, pero fría fría, siete valientes triourensanos nos propusimos hacer un entrenamiento-simulación duatlón de carretera.
Eran las nueve de la mañana cuando nos juntamos en el embalse de Cachamuíña. Casi había que apartar la niebla, pero allí encontramos a Pablo (de corto, menudo macho!) y Roberto que ya tenían montado el box para las bicis (obra de ingeniería: regla de albañil, cuerdas, puntas y dos árboles).
Salimos a calentar para, de paso, reconocer el circuito de bici y no perdernos en tres o cuatro cruces que había. Sumaban sobre 22 kilómetros, con un tramo de subida bastante matador.
Ya de vuelta en el box estaba la afición esperándonos con una sonrisa cada una. Dos Patricias con mucha moral para venir a cuidarnos las bicis mientras hacíamos la carrera a pie.
Roberto decide abandonar debido a congelación de dedos. Se marchó pronto para casa y no lo pasó precisamente bien. Hay que proteger la cabecita, que los cascos son demasiado ventilados y por ahí escapa el calor corporal!!!
Quedamos seis y la carrera a pie la hicimos en tres salidas, dada la diferencia de ritmos, para tratar de llegar a la bici todos juntos. Con la bici hicimos más o menos igual; después de la subida más pronunciada nos reagrupamos para a partir de ahí darlo todo cada uno a nuestro ritmo, hasta el final. Javi sigue intratable y no hay manera de alcanzarlo. Es un placer verlo zapatear…desde la distancia. Tan sólo Chevy le seguía la estela.
En resumen, una buena puesta a punto para los duatlones de carretera que se aproximan en el calendario. Y toma de contacto para alguno, como Isidro, que nunca participó en duatlones, todavía, porque se le notaba con ganas de más.
Lo mejor del entreno a parte de hacerlo en grupo, los cafés y chocolatinas que nos esperaban en la meta. Muchas gracias chicas!!!
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